Me está costando mucho escribir sobre este libro. En principio es un libro que tiene todos los ingredientes necesarios para que me guste y lo disfrute: mucho world-building, toques de ciencia-ficción y realismo mágico, viajes en el tiempo y trazas de novela histórica... además de muchss menciones a tecnologías modernas que hacen cosquillear mi lado más geek. Pero la ejecución es, por desgracia, muy pobre.

Es un poco como un catálogo de las cosas en las que suele fallar Neal Stephenson (Neal, me permito tutearte, si algún día lees esto te prometo que lo digo desde el cariño, esta solo ha sido la primera de tus novelas de las que he trascribido la reseña a este o pseudo-blog!). Como iba diciendo, es un catálogo de los fallos que suele tener este autor (que por lo demás me encanta): self-inserts que dan vergüenza ajena, personajes femeninos bastante mal escritos, saltos entre narraciones bastante mal hilados, un ritmo que no acompaña y final(es) abrupto(s). Que conste que esto últino he aprendido a apreciarlo. Las novelas de este hombre no terminan, más bien dan la impresión de que en algún momento se le estropea la impresora y hasta ahí; el problema es que mientras que a veces parece intencionado y consigue hilar de forma excelente las distintas partes de la historia (como en Seveneves) otras parece que simplemente se ha aburrido de la historia y no sabe cómo acabarla, y en D.O.D.O. me da la impresión de que eso ocurrió a mitad del libro. En la parte final del libro tenía la impresión de que estaba acompañando al autor a desgana y de hecho me plantee abandonarlo en varios puntos (debería aprender a hacerlo). Supongo que esta sensación fue exacerbada por estar leyéndolo en un kindle, ver que vas por el 60% del libro y el autor ya se ha cansado es desesperante. Con un libro físico es más fácil ver el grosor de lo que queda por leer (e incluso leer en diagonal parte del final para ver si quiere llegar uno allí).

Nótese que no he dicho nada sobre el argumento del libro en sí, creo que mientras menos se sepa más interesante es. La primera mitad me pareció bastante decente (como en todos los libros de Neal Stephenson, el principio está dedicado exclusivamente a construir y preparar minuciosamente las piezas que se utilizarán más tarde)

Como tarea para cada me pondré pasar a este formato otras reseñas que tengo de este mismo autor para que no parezca que me cebo con él, pobrecillo.

Una de las cosas que más me gusta de Neal Stephenson es cómo toma un tema de mayor o menor actualidad y lo lleva a las últimas consecuencias dentro de un universo relativamente bien construido. Se podría decir que sus libros son algo así como una simulación, en primer lugar programa el universo en el que el universo tiene que correr y luego lo echa a andar.

Fall intenta hacer lo mismo pero creo que ni NS ni nadie se veia venir cómo de rápido nos estabamos hundiendo en la mierda de las fake news. Hay temáticas que son claramente "qanon-like" que leídas hace dos o tres años nos hubieran hecho pensar que son absurdas pero que en el año 2021 de nuestro Señor Jesucristo a uno le pueden parecer incluso vagas y poco imaginativas.

El resto del libro (la temática principal es la vida después de la muerte) es un Isekai de Neal Stephenson. Tiene todas las bondades y problemas de todo lo que escribe, es decir, buen world-building, buen trama-building, fatal deselance-building. Es un escritor polifacético en sus historias pero muy poquito en su estilo.

La estrella que le falta (porque por lo demás me ha encantado) es precisamente esa incapacidad de escribir deselances para las tramas. Incluso para tramas secundarias: "Bueno, se me ha complicado mucho la marrana así que mejor terminamos el capítulo aquí y ya en el próximo pues está todo resuelto, los detalles son triviales y se dejan como ejercicio".

Sé que no he hablado mucho de la trama pero me da miedo meter algún spoiler sin querer. Es una continuación de Reamde así que si os gustó Reamde es una buena lectura, si no lo habéis leído, es una buena idea leerlo antes y si Reamde no os gustó este tampoco lo hará